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Foto del escritorBlue Carbon

MIENTRAS TANTO EN EL MAR: TENDENCIAS EN LA ECONOMÍA AZUL

La crisis climática ha obligado a la sociedad a tener que buscar herramientas para combatirla. De esta manera el ser humano se asegura alargar su existencia, aunque solo sea por unos siglos más. En este contexto, una de las aportaciones más brillantes que la sociedad ha introducido ha sido la economía azul. Tal y como vimos en un post anterior, la economía azul es “aquella que reconoce la importancia de los mares y los océanos como motores de la economía por su gran potencial para la innovación y el crecimiento”, de hecho, según la Comisión Europea, este tipo de economía genera, en la actualidad, alrededor de 5,4 millones de puestos de trabajo además de un valor añadido bruto de casi 500.000 millones de euros anuales.




En el marco de la pandemia y la crisis monetaria que esta ha comportado, la economía azul ha incrementado exponencialmente. Hoy en día son muchos los gobiernos que están impulsando políticas con la economía azul como protagonista, pues desde el punto de mira del Banco Internacional de Desarrollo, la economía azul está en sintonía con muchas de las ambiciones para agenda 2025, siendo estas: pequeñas y medianas empresas, integración en cadenas de valor, cambio climático, género y diversidad.


Por un lado, en el ámbito internacional, los países candidatos a implementar la economía azul como motor de sus gobiernos son los de la costa caribeña. La ambición de estos recae en poder capitalizar los recursos marinos propios de sus zonas económicamente exclusivas. Países como Barbados, Bahamas o Jamaica tienen, en kilómetros cuadrados pertenecientes al océano, casi 10,000 veces el tamaño de la extensión terrestre. Y no solo eso, la llegada de la pandemia ha tenido un impacto muy degradante en sus economías que ha impulsado un endeudamiento externo muy considerable. De este hecho se han aprovechado organizaciones multilaterales y otras empresas para cumplir con los Objetivos de Desarrollo Sostenibles (ODS) pactados por las Naciones Unidas para el 2030. En este caso, una crisis económica en la costa caribeña además de la voluntad de las organizaciones de incorporar la economía azul da lugar a una fuerte introducción de esta.


Por otro lado, a nivel europeo, se considera que hay un crecimiento muy significativo de esta economía. Según la Comisión Europea, Reino Unido, España, Italia, Francia y Grecia tienen las economías azules más desarrolladas de Europa. En el caso de España, su privilegiada ubicación permite aprovechar al máximo los recursos de la economía azul. Rodeada por el mediterráneo, el atlántico y el cantábrico, España tiene una gran fuente de ingresos gracias a las aguas que la rodean. Solo en 2016, obtuvo aproximadamente 25.000 millones de euros y generó un cálculo estimado de 700.000 empleos.


Otro de los beneficios que ha comportado esta tendencia económica es el de la tecnología basada en el océano. La conocida Bluetech, se refiere a la creciente aplicación de tecnologías con el propósito de resolver problemas vinculados a la conservación del planeta y las especies que habitan en el, entre ellos, destacan la disponibilidad de agua potable, la seguridad alimentaria, la renovación de energías, la cura de enfermedades y otras soluciones para el cambio climático.


Como vemos, todo se reduce a salvar el planeta. Actualmente, todo aquello que se inventa tiene alguna aplicación para mejorar la situación climática en la que nos encontramos, pues esta nos lo exige y debemos poner remedio antes de contemplarnos en una situación irreversible. Empresas como Blue Carbon son las primeras en entender el medioambiente como algo más que el lugar donde vivimos. Únete a Blue Carbon, únete a la economía azul.


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